En algún momento a mediados de Noviembre 2009, una persona no identificada extrajo
un archivo de datos, código informático y correos electrónicos de los servidores de la
Unidad de Investigación Climática (CRU) en la Universidad de East Anglia. El archivo fue
enviado a un servidor del web en Rusia y en los próximos días una serie de mensajes
crípticos y enlaces al archivo fueron publicados en los blogs de prominentes escépticos
del clima.

El archivo contenía más de 1000 mensajes de correo electrónico que habían pasado entre
los científicos en el CRU y sus colegas de todo el mundo. La noticia se extendió
rápidamente de que estos mensajes parecían contener pruebas condenatorias de
negligencia profesional por una variedad de climatólogos a ambos lados del Atlántico.